El convite a la Pachamama comenzó en la estación de ferrocarril de San Antonio de los Cobres, donde estuvieron presentes el ministro de Cultura y Turismo, Mariano Ovejero, el subsecretario de Turismo, Estanislao Villanueva y el intendente de San Antonio de los Cobres, Leopoldo Salva.

“Le damos gracias por todo lo que nos da y pedimos perdón por las ofensas a la Madre Tierra”, dijo el cacique Miguel Siares, de la Comunidad Collas Unidos de San Antonio de los Cobres, quien fue el primero en ofrendar.

Se ofreció a la Pachamama comidas típicas (locro, empanadas, asado, motes, tistincha), toda clase de bebidas (chica, aloja, alcohol, licores, gaseosas), hojas de coca, cigarrillos y harina cocida, entre otras cosas. El cacique pidió por un año de posteridad y productividad.

De la fiesta central participaron los pasajeros del Tren a las Nubes, como así también turistas y salteños que se acercaron hasta aquel pintoresco pueblo puneño a rendirle homenaje a la Pachamama.

La ceremonia incluyó música andina, danzas típicas y coplas a la Pachamama, entre otras actividades. También se entregaron yokis, pulseras sagradas que, según la creencia popular, ayudan a alcanzar el equilibrio interior.

Al finalizar la ceremonia, el ministro Ovejero, agradeció “la participación de turistas y salteños que se acercaron a compartir este homenaje” al tiempo que resaltó que "la fiesta de la Pachamama es una importante manifestación de fe y una celebración ancestral que debemos respetar y tratar con un gran compromiso".

La XVIII Fiesta Nacional de la Pachamama de los Pueblos Andinos comenzó el 1 de agosto y culminará a fin de mes con una ceremonia que se realizará en el cerro del Altar Sagrado, ubicado a 4.000 metros de altura, en la localidad de Tolar Grande.